"Especialmente en el mundo andino, la religiosidad precolombina perdura hasta hoy en ritos ancestrales que vinculan al hombre con la naturaleza, y en los que la Tierra cobra gran importancia simbólica.
La Pachamama o Madre Tierra, diosa de la fertilidad, vive en el Urkhupacha o mundo interior, cuyos frutos ofrece a los hombres para su alimentación.
Por eso, dentro de la lógica de reciprocidad andina, en el mes de agosto los comuneros le retribuyen pagos (también llamados pagapus o despachos). La ofrenda contiene hojas de coca, plata no trabajada, chicha, vino y ciertas semillas de la selva con poderes simbólicos y mágicos llamadas huayruros.
Este mismo pago se le rinde a los Apus, espíritus de los antepasados que viven dentro de los cerros. La coca, planta sagrada que sirve como mediadora entre el mundo de adentro (el de los Apus y la Pachamama) y el mundo de afuera (el de los hombres), se encuentra presente en innumerables celebraciones religiosas mestizas de los pueblos del interior e incluso de los centros urbanos. Esparcidas sobre una manta en el suelo, las hojas de coca también son "leídas" para predecir el futuro." (Fuente: Promperu)
No hay comentarios:
Publicar un comentario